Aprende cómo una buena alimentación puede mejorar tu salud

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¿Alguna vez te has preguntado si estás obteniendo los nutrientes adecuados de los alimentos que consumes? Es un error habitual pensar que la malnutrición significa solamente no disponer de suficientes alimentos. Las personas que no consumen alimentos suficientes pueden estar desnutridas, pero también los que consumen demasiados se enfrentan al mismo riesgo.

La malnutrición se define como “un estado fisiológico anormal debido a un consumo inadecuado, desequilibrado o excesivo de macronutrientes y/o micronutrientes. La malnutrición incluye la subalimentación y la sobrealimentación, así como las deficiencias de micronutrientes”.

En otras palabras, la malnutrición, se produce cuando la dieta de una persona contiene muy pocos o demasiados nutrientes. ¡Cualquiera de nosotros puede sufrir malnutrición y no saberlo!

Para tener una dieta sana y equilibrada es importante tomar las decisiones correctas, pero a menudo estas decisiones se basan en otros factores además de la nutrición: la disponibilidad y el coste de los alimentos, el sabor y la apariencia, los gustos y aversiones personales, y las prácticas y tradiciones culturales.

No hay una dieta “ideal” que sea adecuada para todos. Las necesidades nutricionales son específicas de cada individuo, pero todo el mundo necesita una dieta equilibrada que incluya alimentos variados que aporten los diferentes tipos y cantidades de nutrientes que necesitamos para mantener una buena salud.

Si bien las necesidades nutricionales y alimentarias individuales varían con la edad, sexo, salud, estado y niveles de actividad, los consejos alimentarios básicos para los adultos recomiendan:

  • Comer carbohidratos con almidón como base de la mayoría de las comidas.

  • Comer frutas y verduras tanto como sea posible todos los días.

  • Comer legumbres con regularidad.

  • Consumir leche y productos lácteos regularmente en pequeñas cantidades.

  • Comer carne, pollo, huevos y pescado regularmente en cantidades normales.

  • Elegir cuidadosamente el tipo de grasas y aceites en la dieta y usarlos en cantidad limitada.

  • Limitar el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas azucaradas.

  • Limitar el consumo de sal.

  • Limitar el consumo de alcohol.

  • Mantener el equilibrio energético para lograr un peso corporal saludable.

  • Beber mucha agua a diario.


by fao.org